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LUVIANOS, Edoméx., 12 de diciembre del 2016. Oraciones, devoción, lágrimas y fe, marcan las celebraciones del día de la Virgen de Guadalupe este 12 de diciembre, en honor a la Reina de los mexicanos católicos.
Alrededor de las cinco de la mañana se hicieron escuchar las campanas, trompetas y guitarras de la tradicional música de viento de la región que interpretó las tradicionales Mañanitas a la Virgen, mientras que procesiones enteras de fieles llegaban a cada iglesia para refrendar su fe.
En iglesias locales de los municipios del sur como en San Juan Acatitlán, una de las más alejadas en el municipio de Luvianos, aproximadamente unos 600 fieles visitaron desde la madrugada su iglesia, al filo de las 12 del mediodía arribó el Obispo Maximino Martínez Miranda de la Diócesis de Ciudad Altamirano, quien distinguió esa iglesia ofreciendo una misa.
“Como cada año, los guadalupanos llegaron a la cita porque para ellos, María de Guadalupe realmente es la Reina de la Esperanza, a la que le piden por la salud de sus padres, hijos; por la recuperación de sus enfermos; a quien le encomiendan un trabajo, su futuro, a quien le piden poder volver a su tierra a ver a sus seres queridos”, asumió el obispo en la homilía.
María de Guadalupe, es la Morenita a la que le cantan, a la que le ofrecen rosas, por la que caminan kilómetros, por la que llegan de rodillas; porque dicen, ella es quien los escucha, los reconforta y los acompaña, dijeron los asistentes en misa.
Por lo menos en 145 parroquias de la Arquidiócesis de Ciudad Altamirano la veneraron, al filo de la media noche, en la Misa de Gallo, se espera que familias completas acudan con niños, bebés, y abuelos a oír misa.