Balazos en el pie
Esta historia se remonta a 2000.
A un desayuno en la primer semana de diciembre con un magistrado electoral federal.
México se oxigenaba con vientos de democracia y el tema era interesante por una avalancha popular sepulturera del PRI.
El magistrado de aquel cuerpo colegiado presidido por José Fernando Ojesto Martínez me halagó con un acta firmada en originales:
En ella se declaraba a Vicente Fox Quesada Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, un título ya en el olvido.
En la reflexión del café cargado le expuse:
-No hubo problema con la elección presidencial. Ernesto Zedillo maniató al PRI, ordenó a Francisco Labastida reconocer la derrota y todo salió bien.
-Sí, por fortuna -convino el letrado.
-Ahora sigue otro escollo -agregué-, Tabasco. Andrés Manuel López y César Ojeda no dejarán tomar posesión a Manuel Andrade. ¿Cuándo calificarán Tabasco?
-El presidente (Vicente Fox) nos pidió esperar al límite.
-¿Y cuál es el límite? -hurgué.
-El gobernador toma posesión el 31 de diciembre… tal vez 28 ó 29.
Y sí, el Día de los Inocentes anularon la elección.
DE DÍAZ PALACIOS A BARBOSA
Desde entonces han pasado muchas cosas.
Aquél era el inicio de la democracia y ahora, se supone, entramos a una fase superior.
En el inter sucedieron cosas como el accidente de aviación en Michoacán el 25 de febrero de 2005, donde murió el gobernador de Colima, Gustavo Vázquez Montes.
Entonces, como hoy en Puebla, era necesaria una votación extraordinaria y en el caso surgió un acto de hidalguía:
La perredista Socorro Díaz Palacios, la principal contendiente del priísmo, se opuso a competir porque, explicó, la gente votó por el PRI para seis años.
Ganó el priísta Silverio Cavazos.
Pero hoy aquel gesto de altura se ha olvidado.
El morenista Miguel Barbosa no reconoció el triunfo de la gobernadora Martha Erika Alonso, no le permitió protestar ante el Legislativo y fustigó a los tribunales electorales.
Ahora, tras la desgraciada muerte de Alonso y su esposo Rafael Moreno Valle, Barbosa anuncia su nueva participación.
Estatura muy menor a la de Socorro Díaz Palacios, su correligionaria en el PRD y en Morena.
OOOOTRO TRIUNFO DE AMLO
Ayer quedó claro.
Si alguien manda en México, es un tabasqueño.
Andrés Manuel López Obrador no votó, pero suyo fue el triunfo en la Corte, donde quedó de presidente Arturo Zaldívar.
Perdón por escribirlo ayer con S, pero falló la rebelión interna, encabezada por Luis María Aguilar, y ganó la operación del gabinete lopezobradorista.
Cuatro años de entendimiento entre Poderes nos esperan.
Y con independencia del Judicial, como prometió el mismo Zaldívar para satisfacción de quienes creían la subordinación de una autoridad a otra, por muy ejecutiva que sea.
Pero vale agregar:
Cuatro secretarios de Estado hablaron con la mayoría de los ministros y en privado se abordaron historiales con muchos datos ocultos y proyecciones a la luz del nuevo gobierno.
El martes ellos estaban inclinados por un prospecto, luego de los diálogos dudaron y así se fueron a dormir, pero al despertar había cambiado su voto y antes de la sesión de la Corte ya estaba decidido el resultado.
La operación de Estado es eso: operación de Estado.