Reconocen a héroes contra la corrupción en el Edomex
La Operación Enjambre no solo ha sacudido las estructuras políticas y administrativas de varios municipios mexiquenses, sino que también ha puesto en evidencia el alcance de los compromisos del Gobierno Estatal con la justicia y la seguridad.
Detrás de este histórico despliegue, hay un mensaje claro: no habrá tregua para quienes traicionaron a la ciudadanía y se aliaron con el crimen organizado.
En los últimos años, la complicidad entre servidores públicos y grupos delictivos ha minado la confianza en las instituciones.
Alcaldes y directores de seguridad que deberían proteger a sus comunidades se convirtieron en engranajes de redes criminales que fomentaron la violencia, el despojo y la extorsión.
Con la Enjambre, se dio un golpe certero a estas prácticas, gracias a un trabajo minucioso de inteligencia liderado por la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) y respaldado por fuerzas federales.
Las capturas, aunque significativas, no son el punto final, la persecución de los prófugos muestra la determinación de las autoridades.
A pesar de las dificultades, el gobierno ha dejado en claro que no habrá espacios para la evasión. El uso estratégico de tecnología, análisis de redes de comunicación y labores de campo resalta la calidad del trabajo policial en esta operación.
Además, la Operación Enjambre marca un antes y un después en la forma en que se articulan los tres niveles de gobierno en el combate a la corrupción.
Este esfuerzo coordinado refleja el compromiso de la administración de Delfina Gómez con la seguridad, un compromiso que va más allá de discursos y se traduce en acciones concretas.
El éxito de Enjambre no solo radica en las detenciones, sino en lo que simboliza: un mensaje de esperanza para las comunidades que, durante años, fueron despojadas de su tranquilidad.
Los retos persisten, pero esta operación es un recordatorio de que las instituciones, cuando se depuran y se fortalecen, pueden ser el escudo que la ciudadanía necesita.