Encuentran a hombre sin vida en auto en Santiago Tianguistenco
JUCHITEPEC, Edomex., 26 de marzo de 2014.- Este miércoles impera ya la calma en la comunidad de San Matías Cuijingo, única delegación de Juchitepec que tiene una población aproximada a los 10 mil habitantes, quienes en su mayoría se dedican a las labores del campo.
En la memoria de la localidad se tiene muy presente el número de personas que han sido plagiadas, y un caso que llamó la atención a nivel nacional fue el de noviembre de 2009, cuando los pobladores alcanzaron a retener a cinco sujetos que estuvieron a punto de ser linchados, siendo salvados por los granaderos que por la fuerza arrebataron a los plagiarios de la gente enardecida que intentaba hacer justicia por su propia mano.
Recuerda la gente que en aquel entonces el conocido empresario gasero Trinidad Sánchez, fue plagiado en Chalco por cinco sujetos que vestían ropa con insignias de la Policía Federal; a la esposa del secuestrado sus captores le pedían 300 mil pesos en efectivo y los papeles de un auto compacto·
La gente se percató del incidente, se reunió y pudo agarrar a los secuestradores, a quienes intentaron quemar y dejar colgados en un árbol, pero la intervención de la policía fue oportuna para impedir el linchamiento, que costó el enfrentamiento entre uniformados y la gente.
En febrero de este año, brigadas de vecinos buscaron por todas partes a un joven que fue plagiado luego de que era perseguido por unos sujetos en un automóvil; antes ya había ocurrido un caso similar con otro joven de 14 años de edad, quien fue secuestrado y a pesar de que se pagó su rescate, éste no regresó con vida.
El pasado lunes, a la lista de secuestrados se sumó el caso de la joven Rita, de 25 años de edad, quien fue plagiada en su negocio de papelería y de quien hasta el momento no se sabe nada.
A decir de los vecinos de San Matías, la pesadilla no termina y a pesar de sus protestas que han tenido resonancia a nivel nacional, la gente tiene miedo de salir a las calles por las noches y viven con temor permanente, con el coraje y la impotencia de no poder hacer más de lo que está a su alcance, como cerrar carreteras, manifestarse con cartulinas en contra de los secuestros, mismos que al parecer no van a terminar jamás.