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CUAUTITLÁN, Edomex., 21 de diciembre de 2013.- Más de 100 años de historia están a punto de perderse en el municipio de Cuautitlán.
La vieja estación del ferrocarril, localizada a unos 100 metros de la estación Cuautitlán del Tren Suburbano, es utilizada como refugio de indigentes y migrantes, quienes hacen fogatas en su interior.
Una malla ciclónica protege el lugar, pero desde hace tiempo la cerca tiene un agujero, por donde entran los moradores de este histórico sitio. Las puertas y ventanas de madera al parecer fueron utilizadas como combustible para fogatas.
El propio Porfirio Díaz inauguró en 1878 el tramo del ferrocarril entre la ciudad de México y Cuautitlán-México, según consta en documentos históricos de este municipio, por lo que se presume que las dos estaciones del ferrocarril que existen en la localidad fueron edificadas durante ese periodo.
El arqueólogo Luis Córdoba Barradas, investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), destacó la importancia de conservar las antiguas estaciones del ferrocarril, construidas en su mayoría durante el porfiriato.
Cuautitlán-México conserva dos estaciones antiguas del ferrocarril. Una debajo del puente vehicular Fresnos-Río Córdoba, en aceptable estado de conservación, y la otra a 100 metros de la estación Cuautitlán del Tren Suburbano, severamente dañada.
Hace poco más de una década esta última estación conservaba la taquilla, bodega, oficinas del telégrafo y correos, y un buzón rojo de madera.
En la actualidad los muros de tepetate se desmoronan, no tiene puertas ni ventanas y en su interior son prendidas fogatas.
Córdoba Barradas aseguró que “por ser de los pocos testimonios de esa arquitectura del siglo XIX, debe ser rescatada. En la Villa de Guadalupe existe un Museo del Ferrocarril en la antigua estación, porque el primer tren que se construyó iba del centro de la Ciudad a la Villa”.