Balazos en el pie
CIENCIA Y TECNOLOGÍA
Prepara, apunta y enciende
Llegan a mi mente buenos recuerdos de una época donde la familia se reunía en casa para ver juntos la televisión, programas de corte familiar, series o quizá una película eran los contenidos preferidos por todos.
En apariencia todo era felicidad, con televisiones de gran tamaño e imágenes en blanco y negro, ¿qué más podía pedirse? Sólo había una pequeña dificultad, para cambiar de canal, subir o bajar el volumen, encender o apagar el aparato, alguien de los ahí reunidos debía levantarse de su asiento y hacerlo de forma manual, como si pusiera a funcionar una lavadora.
Un largo camino se ha recorrido en la industria de la electrónica y lo que ahora conocemos como control remoto ha tenido importantes avances, con la finalidad de hacer más placentera la experiencia de ver la televisión. ¿Pero qué es este pequeño centro de poder?
Este dispositivo electrónico se utiliza para realizar una acción a distancia sobre un aparato; el primer ejemplo de ello es la creación del científico Nikola Tesla, en 1893, para controlar vehículos en movimiento; en 1903 el ingeniero español Leonardo Torres Quevedo presentó el llamado Telekino, el cual ejecutaba órdenes a través de ondas hertzianas (vibración de ondas que recorre cierta distancia); pero fue hasta el año 1950 cuando una empresa norteamericana que hacía radios, y posteriormente televisiones, dio a conocer el llamado “Lazy Bones”, un tipo de control unido por un cable hasta la pantalla.
Cinco años más tarde, el ingeniero Eugene Polley presentó el “Flash Matic”, pequeño mecanismo que cambió por completo la forma de ver televisión, pues ya no tenía cable alguno y operaba a través de cuatro células de fotos (dispositivo que transmite la energía luminosa en energía eléctrica); es decir, enviaba un rayo de luz hacia el aparato y éste realizaba las funciones básicas de encendido y apagado.
Sí, aquella pieza poco funcional que utilizaba tubos de vacío (componente electrónico que amplía o modifica una señal eléctrica) y que tenía un cable nada estético fue mejorando con el tiempo y la llegada de los modernos transistores.
Otro de los cambios notables en este pequeño gigante fue la introducción de baterías, avance que permitió eliminar el peculiar sonido que hacían los primeros controles al ejecutar una función.
Los grandes fabricantes de televisiones en el mundo siguen desarrollando los mandos a distancia y funciones que hace 40 años eran impensables (acercar o alejar la imagen, escuchar la programación con sonido envolvente, etc.), hoy son posibles gracias al toque de un solo botón.
No cabe duda que la visión futurista de los primeros desarrolladores de la televisión ha tenido éxito; para todos ellos, infinitas gracias, pues todos los días frente a millones de pantallas el inconveniente de levantarse para cambiar de canal ya fue solucionado.
Aún queda por precisar si la persona que tiene el control… ¡tiene el poder!
Hasta pronto.