Reforma al Infonavit busca cambiar estructura que impide auditorías
TOLUCA, Edomex., 28 de noviembre de 2013.- La investigadora de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), Ivonne Vizcarra Bordi, reveló que aproximadamente 10 por ciento de las internas del Albergue para Mujeres Víctimas de Violencia en Toluca tienen tendencia suicida e incluso muchas de ellas han intentado quitarse la vida dentro de dichas instalaciones.
Con información del diario de el Sol de Toluca, la investigadora argumentó que hace dos años, cuando realizó un estudio dentro del albergue de la capital mexiquense adscrito al Consejo Estatal de la Mujer y Bienestar Social (CEMyBS), se percató que todas las que se refugian en estos sitios sufren depresión, algunas en mayor medida, tanto que prefieren estar muertas.
«La mayoría entra con todo el paquete incluido, que son golpes físicos, sexuales, psicológicos y económicos, que las hacen creer que no valen nada. De 30 mujeres que había en aquel entonces, tres tenían tenencias suicidas. (Lo habían intentado) dentro del albergue, pero hay todos los mecanismos para que nunca pase», ventiló.
Manifestó que nunca se da a conocer cuando alguna mujer trata de quitarse la vida en las mismas instalaciones y señaló que las personas que presentan este problema son canalizadas al psiquiatra, aunado a que deben ser sometidas a un tratamiento, que incluye tomar antidepresivos la mayor parte del tiempo.
«A fuerzas deben recibir atención psiquiátrica. Todo mundo lo necesita. Cuando alguien pasa por eso, siempre prefieres haber estado muerta, cualquiera, después de una violación o abuso», reveló.
Explicó que existen 30 diferentes grados de depresión y el último es el suicido. Destacó también que las redes de apoyo con las que cuentan son de suma importancia para que las violentadas puedan superar esta enfermedad.
Comentó que las redes de apoyo primarias, como son la madre, el padre, hermanos (as), mejores amigos (as), son indispensables para que las víctimas salgan pronto de esta crisis, pero hay quienes no hallan el consuelo en sus familiares.
«Se encuentran con que les dicen que eso es normal, entonces se acaba el apoyo y la afectada ya no va a buscar otro, pero si estas personas tienen mayor conciencia, las empiezan a acompañar, entonces la víctima salen más rápido y no llega al extremo», señaló.
Comentó que es muy interesante observar cómo las internas se apoyan y estas redes de apoyo permiten que las afectadas salgan adelante.
«Entre ellas, viven juntas, aunque cada quien en espacios un poco más privados, pero todas conviven en la comida, con sus hijos en el kínder, porque adentro los atienden. Todos son vigilantes al mismo tiempo, entonces entre ellas también se comienzan a ayudar, eso es algo muy bonito», describió.