Balazos en el pie
En rueda de prensa, los funcionarios informaron que el primer análisis pericial al líder del Cártel de Sinaloa fue el de ADN, a quien le practicaron un raspado bucal para obtener material genético y contrastarlo con el de sus familiares.
Medina Alegría aseguró que la dependencia federal ya contaba con elementos de identificación genética de familiares cercanos que tienen una relación de parentesco paterno con el capo.
En relación al estudio de identificación fisonómica, los peritos forenses identificaron los rasgos en común al superponer las fotografías de 1993, cuando lo aprehendieron, con las del presente año.
La conclusión fue que se trata de la misma persona desde el punto de vista antropométrico.
Respecto al tercer análisis, las autoridades informaron que se hizo un estudio de las 10 huellas dactilares, las cuales se confrontaron con los registros que se tenían cuando estuvo preso en los penales de Occidente y el Altiplano, entre 1993 y 2001.
Esta información, apuntaron, estaba administrada en la base de datos conocida como la AFIS.
«En esta confronta, de 10 dedos contra 10 dedos, el resultado fue positivo», dijo la coordinadora de Servicios Periciales.
Al final de la conferencia, en la que no hubo sesión de preguntas ni respuestas, el titular de la Agencia de Investigación Criminal indicó que esta información fue entregada al Ministerio Público Federal de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada para que sea integrada a las averiguaciones que estén en curso contra «El Chapo».