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MÉXICO, DF., 9 de septiembre de 2014.- Astrónomos y astrobiólogos del Instituto de Ciencias Nucleares de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la de la NASA, buscan de manera conjunta gases asociados a la vida en la Tierra en otros planetas a través de simulaciones detalladas, mediante las que lograron recrear la química atmosférica que podría existir en planetas sin vida, informó la UNAM en un comunicado.
Los científicos probaron miles de variaciones en su composición atmosférica y en el tipo de estrellas que los orbitan en los últimos cuatro años. “Estudiábamos atmósferas similares a la Tierra cuando aún no tenía vida y encontramos, de forma independiente, que había más ozono del esperado. El O3 viene del oxígeno, pero nuestras atmósferas tenían cantidades despreciables de este compuesto que, a diferencia del que hoy respiramos, era producido por reacciones químicas”, señaló Antígona Segura Peralta, del ICN, al detallar que en su proyecto los científicos aún no pueden confirmar si se detecta sólo un tipo de gas, por ejemplo oxígeno (O), ozono (O3) o metano (CH4), pues éstos pueden ser producidos por procesos abióticos.
“Esto tiene consecuencias importantes para nuestros planes a futuro, encaminados a buscar vida fuera de la Tierra”, comentó Shawn Domagal-Goldman, del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, en Greenbelt, Maryland.
El metano está compuesto por un átomo de carbono unido a cuatro de hidrógeno. En nuestro mundo, casi todo este gas se produce biológicamente (el característico olor del excremento de las vacas es un ejemplo recurrente), pero también se puede obtener de formas no biológicas, como en los volcanes del fondo de los océanos, que lo liberan después de que se origina a través de la reacción de ciertas rocas con el agua de mar.
Antes se pensaba que el O3 y el O eran las bioseñales más confiables. El ozono está compuesto por tres átomos de oxígeno. En la Tierra se produce cuando un átomo de oxígeno solitario, que se liberó a causa de la radiación solar o los relámpagos, se une al oxígeno molecular (que son dos átomos de oxígeno enlazados).
La vida es la principal fuente de oxígeno molecular en nuestro planeta, pues se crea por la fotosíntesis de las plantas y organismos unicelulares. Como la vida produce oxígeno y éste se necesita para originar O3, se pensaba que ambos gases eran una buena señal de la presencia de aquélla.
Se conoce que tanto el oxígeno molecular como el ozono pueden surgir una vez que la radiación ultravioleta rompe moléculas de dióxido de carbono (un carbono unido a dos oxígenos), pero investigaciones anteriores sugerían que no se producirían en cantidades importantes.
La nueva investigación muestra que este proceso no biológico podría crear suficiente ozono para ser detectable, así que este gas no puede ser una prueba definitiva de la presencia de seres vivos.
El equipo planea utilizar estos resultados para hacer recomendaciones sobre los requerimientos de los futuros telescopios espaciales diseñados para buscar señales de vida en las atmósferas de los exoplanetas.
El equipo que escribió el artículo está conformado por una colaboración internacional que incluye investigadores de NASA Goddard; NASA Ames; de NAI/VPL; del ICN de la UNAM; de la Universidad de St. Andrews, Escocia; y de la Universidad de Washington, Seattle; también, participaron la astrónoma Victoria Meadows, el geólogo Mark Claire y Tyler Robinson, experto en la forma en estudiar a la Tierra como si fuera un planeta alrededor de otra estrella.