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MÉXICO, D.F., 28 de mayo de 2014.- Las condiciones serán de celebración, pero las circunstancias también están ahí para que el duelo de este miércoles ante Israel deba ser de utilidad futbolística para el Tricolor.
La Selección Mexicana, todavía invicta con el «Piojo» al frente, tendrá festejo por partida doble: se despedirá de la afición antes de abandonar suelo azteca con Brasil 2014 como destino final y, además, homenajeará a su último gran ídolo, Cuauhtémoc Blanco.
Por si fuera poco, y en caso de tener minutos, Andrés Guardado se convertirá en el jugador más joven en la historia de la Selección en llegar a 100 partidos con la camiseta verde, señala el portal deportivo mediotiempo.com
Sin embargo, a la par de todo ello está la exigencia de sacarle provecho a un enigmático y poco imponente rival, ya que tras este partido no habrá más que otros tres de preparación antes del debut mundialista ante Camerún el 13 de junio.
Con un proceso de apenas más de medio año, el entrenador Miguel Herrera todavía no tiene una alineación base, ni siquiera portero definido, y por ello la urgencia de avanzar en rubros como la táctica y el estilo.
Debido a que la mayoría de las Selecciones mundialistas apenas están iniciando su preparación, la Federación Mexicana de Futbol no pudo conseguir algo de más calibre como rival.
Israel se quedó lejos de clasificar a la Copa del Mundo, en tercer lugar del Grupo F, donde Rusia obtuvo boleto directo y Portugal avanzó al Repechaje en la Eliminatoria de la UEFA.
El único enfrentamiento ante México en la historia se dio en Tel Aviv hace casi 40 años, en octubre de 1975, cuando los verdes cayeron 1-0.
Esta será la primera visita de los euroasiáticos a tierras aztecas, de donde partirán a Estados Unidos para también ser «sparring» de Honduras el 1 de junio.
Gran parte de la nómina visitante está compuesta por jugadores de su Liga local, con Yossi Benayoun, ex jugador de Chelsea y Liverpool, actualmente en el Queens Park Rangers, como principal figura.
Las «Golondrinas» sonarán tras el silbatazo final y deberán ser de tono alegre. El Tri suele aprovechar estos compromisos para darse confianza con victorias. Una más abonaría a la ilusión de la afición, que vivió días aciagos en prácticamente todo el 2013.
La Selección hilvanó cuatro juegos sin triunfo en casa en jornadas vitales del Hexagonal, hasta que en octubre y noviembre venció a Panamá y Nueva Zelanda, una historia que cambió y que, por todo lo que se avecina, más vale que continúe de manera positiva.