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CUAUTITLÁN IZCALLI, Edomex., 10 de diciembre de 2013.- En el estado de México los rellenos sanitarios municipales están en extinción y dan paso a confinamientos privados, que en ocasiones incumplen las normas ambientales y se saturan rápidamente, sobre todo aquellos que reciben basura del Distrito Federal.
Los rellenos sanitarios de Naucalpan, Tlalnepantla, Cuautitlán Izcalli, Tultitlán, Tepotzotlán, Nicolás Romero y Tecámac están a cargo de empresas privadas.
Atizapán de Zaragoza, Tultepec y Ecatepec son de los pocos municipios de esta región del estado de México que tienen relleno sanitario municipal, aunque el de esta última localidad recibe sólo parte de los desechos que se generan en el municipio y la mayoría los traslada a Tecámac.
Muchos municipios ni siquiera cuentan con confinamientos de basura, como Melchor Ocampo, Cuautitlán-México y Huixquilucan, que pagan por depositar sus desperdicios en rellenos sanitarios particulares ubicados en otros municipios, a veces lejanos.
En febrero del 2000 la entonces Secretaría de Ecología del estado de México, en coordinación con la agencia alemana GTZ, realizó un estudio en nueve tiraderos a cielo abierto del valle de México y concluyó que habían terminado su vida útil y carecían de control sobre los residuos depositados, además de que requerían saneamiento y cierre definitivo.
Las condiciones inadecuadas en que operaban los tiraderos mexiquenses quedó plasmada en el “Informe del recorrido a nueve tiraderos de la zona conurbada del estado de México”, elaborado por el doctor Ullrich Lottner, del Bayrisches Landesamt für Umweltchutz (institución técnica de la Secretaría de Ecología del estado de Baviera).
En esa época fueron estudiados los tiraderos de Los Reyes la Paz, Nezahualcóyotl, Coacalco, Tultepec, Cuautitlán Izcalli, Tepotzotlán, Tultitlán, Zumpango y Ecatepec, además del relleno sanitario de Tlalnepantla.
El análisis arrojó que en seis de ellos se presumía la disposición de residuos tóxicos, además de que el de Zumpango contaminaba directamente mantos freáticos y el de Ecatepec se ubicaba sobre una falla geológica.
En los últimos cinco años varios tiraderos municipales fueron clausurados por la Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de México (Propaem), sobre todo por estar saturados e incumplir normas, como los de Huixquilucan, Teoloyucan, Melchor Ocampo y Hueypoxtla.
Actualmente la situación no es muy diferente. Los tiraderos a cielo abierto municipales fueron sustituidos por rellenos sanitarios privados. Colonos aseguran que igualmente incumplen normas ambientales y reciben basura de manera indiscriminada, entre ella la del Distrito Federal.
En el norponiente del valle de México los rellenos sanitarios de Tlalnepantla, Naucalpan, Nicolás Romero, Tultitlán, Cuautitlán Izcalli, Tepotzotlán y Tecámac están a cargo de empresas privadas, con concesiones por hasta 30 años.
El depósito de Tultepec, operado por el gobierno municipal, es un sitio controlado que cumple con la norma para operar, mientras que el de Atizapán, ubicado en Puerto de Chivos, también a cargo del ayuntamiento, tiene vida útil de ocho años y próximamente su biogás será usado para generar electricidad.
Los rellenos sanitarios de Tlalnepantla y Naucalpan están concesionados a la empresa Proactiva del Medio Ambiente.
El anterior gobierno municipal de Tlalnepantla, encabezado por el ex alcalde Arturo Ugalde Meneses, consideró que el relleno sanitario está en su última fase.
El de Naucalpan, ubicado en Santiago Tepatlaxco, de reciente creación, ha cerrado por lo menos en dos ocasiones sus puertas al gobierno municipal, con el argumento de adeudos que no han sido cubiertos. A su vez, la alcaldía, en la anterior administración, clausuró el confinamiento, que fue reabierto y actualmente opera sin problemas.
El “relleno sanitario” de Cuautitlán Izcalli, abierto en el 2011, es operado por la empresa Tersa del Golfo y recibe basura del Distrito Federal; el de Nicolás Romero está a cargo de “Biosistemas” desde hace seis años y el de Tepotzotlán de Comercializadora T. T. S. A. de C. V. El depósito de Tecámac también es operado por una empresa privada e igualmente acepta desperdicios capitalinos.
El tiradero de Tultitlán, enclavado en las faldas de la Sierra de Guadalupe, está concesionado a la empresa Tecnosilicatos de México, a cargo también del relleno sanitario de Ixtapaluca, receptor de basura del Distrito Federal.
El tiradero de Tultitlán fue clausurado este año por la Propaem y recibe basura sólo para su traslado a Ixtapaluca, donde es confinada.
A pesar de que en Cuautitlán Izcalli está el relleno sanitario de la empresa Tersa del Golfo, el gobierno municipal deposita su basura en el de Tepotzotlán, por lo que los desperdicios recorren hasta 14 kilómetros.
El tiradero de Izcalli recibe unas mil 500 toneladas diarias del Distrito Federal, por lo que en poco más de dos años semeja una enorme montaña. Habitantes de la zona aseguran que causa contaminación y problemas de salud, sobre todo en niños y ancianos.
Los colonos consideran que se trata de un tiradero a cielo abierto, pues la basura no es cubierta adecuadamente con tierra y el polvo se esparce a las comunidades. Dicen que a 800 metros de distancia está la presa El Rosario y temen que en época de lluvia los lixiviados lleguen al cuerpo de agua.
El “relleno sanitario” de Nicolás Romero, de la empresa Biosistemas, recibe las casi 150 toneladas de basura de este municipio, así como de Huixquilucan y Coacalco, comunidades localizadas a más de 20 kilómetros.
En Tepotzotlán, colonos se manifestaron durante el reciente informe de gobierno que rindió el alcalde Juan José Mendoza Zuppa, al que exigieron el cierre del tiradero que opera la empresa Comercializadora T. T. S. A.