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NAUCALPAN, Edomex., 13 de noviembre de 2013.- La peste invade y afecta la zona limítrofe entre el Estado de México y el Distrito Federal, emana de la cuenca de San Joaquín, por lo qué generó un movimiento de protesta no sólo en redes sociales, sino con carteles y mantas con leyendas como “¡Basta! NO al mal olor en Tecamachalco”. Los mensajes fueron colocados frente a las oficinas metropolitanas de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, que operan en Fuente de Pípila número 2.
El olor nauseabundo y pestilente que emana la presa San Joaquín afecta a más de 5 mil familias de fraccionamientos como Tecamachalco, Lomas Hipódromo y Ávila Camacho, que además sufren de alergias e infecciones en la piel, los ojos, vías respiratorias y diarreas.
“Es el colmo que la Profepa opere frente a esta peste y no haga nada!”, señaló Irma Sanders, de la asociación de Colonos de Tecamachalco, en conferencia de prensa convocada por el presidente de esta organización vecinal , Carlos Oliveros García.
El olor nauseabundo afecta la salud de más de 5 mil familias de la zona, donde los casos de diarreas, alergias en la piel y en los ojos, así como infecciones en las vías respiratorias afectan especialmente a los niños y adultos mayores, apuntó entre otros Pierre Gerardin.
Meni Cohen indicó que la peste “mantiene alterados a los habitantes, pues no podemos vivir respirando este fetidez, la molestia es tal que muchos vecinos están planteando protestar con una huelga de pagos de impuesto predial”.
La fetidez afecta a miles de alumnos de unos 10 colegios privados y escuelas públicas que operan en torno a la presa San Joaquín, entre ellos el Irlandés, Salamanca, la ESIA del IPN, Othón Blanco y al British American School Ricardo Iryzar director de este colegio.
La presa San Joaquín , con una capacidad de regulación de aguas de 359 mil metros cúbicos, se convirtió en un enorme vaso receptor de aguas negras y de drenajes de más de un millón de habitantes que arrojan sus desechos desde la zona de Cuajimalpa, Huixquilucan y Naucalpan. Este cuerpo sólo captaba agua de lluvia y hoy es una cloaca a cielo abierto.
Desde hace 20 años los vecinos de la zona viven la peste de la presa San Joaquín durante la época de estiaje, “pero este mes de noviembre la peste rompió todo parámetro de olor nauseabundo”, reiteró Irma Sanders.
Es urgente que el Sistema de Aguas de la Ciudad de México actúe con la ayuda de la Comisión del Agua del Estado de México y la Comisión Nacional del Agua, para disminuir el olor y que se finalicen las obras pendientes de captación de drenajes para resolver el problema sanitario.
Además las autoridades del sector salud deben desplegar brigadas, sanitarias para evaluar el riesgo a la salud entre los habitantes de Tecamachalco, Ávila Camacho y Lomas Hipódromo, que todos los días “estamos respirando polvo de excremento”, señalaron vecinos.