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TOLUCA, México, 9 diciembre 2016.- Es recomendable ser más cuidadosos y prudentes a la hora de permitir el contacto entre niños que puedan ser adoptados y los posibles padres, pues los infantes se encuentran en una situación vulnerable y su reacción es impredecible, recomendó Genaro Vázquez Delgado, psicólogo y docente de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM).
Esto, a propósito de que los niños mexiquenses mayores de 4 años que se encuentren bajo tutela del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia del Estado de México (DIF) puedan ser adoptados por matrimonios de origen extranjero, según lo marca el Convenio de la Corte Internacional de Justicia relativo a la Protección del Niño y a la Cooperación en Materia de Adopción Internacional, aceptado el 29 de mayo de 1993 en la ciudad de La Haya, Países Bajos.
Asimismo, Ittzel González Pined, funcionaria del DIF Estatal, comentó que a pesar de que los niños mexiquenses pueden ser adoptados por matrimonios extranjeros desde hace más de dos décadas, dicho trámite es llevado a cabo en su mayoría por parejas nacionales.
Las personas interesadas deberán entregar un certificado de idoneidad, un permiso del gobierno de su residencia que permita el ingreso del niño mexicano a su territorio y un documento que certifique que el menor adoptado, tendrá un seguimiento para verificar las condiciones emocionales en las que se encuentre, el cual se lleva a cabo cada seis meses en un lapso de dos años.
De acuerdo con el DIF, el proceso de adopción tiene una duración de 12 a 18 meses y si la solicitud es aceptada, se notificará a los solicitantes para que puedan iniciar el proceso de convivencia.
Al respecto, el psicólogo Genaro Vázquez Delgado de la Facultad de Ciencias de la Conducta, sugiere revalorizar los criterios de convivencia entre los niños y los posibles padres adoptivos, haciendo hincapié en el respeto a los derechos de los niños.
Cabe mencionar que los requisitos en principio son entregados a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) la cual funciona como enlace entre el gobierno mexicano y la pareja extranjera solicitante. Una vez que las pruebas psicológicas y económicas terminan, el resto del trámite se realiza sólo entre el DIF y el matrimonio extranjero.