Balazos en el pie
Decía Jean Piaget que el principal objetivo educativo es crear hombres capaces de crear, inventar y descubrir, en suma, seres humanos críticos. No se trata de una tarea fácil. Crear es un proceso complejo que da como resultado la producción de algo nuevo con lo que se tiene. La creatividad tiene su base en el llamado pensamiento divergente; en el planteamiento de alternativas que no necesariamente siguen tradiciones ortodoxas.
La creatividad es la capacidad para extraer algo nuevo y valioso, es la integración de lo lógico y lo intuitivo. No solo implica habilidades que es posible aprender, sino que requiere de un gran esfuerzo que la dirija hacia la originalidad. Todos somos potencialmente creativos, pero muy pocos desarrollan esa habilidad en la práctica.
La creatividad no surge de la nada, requiere de contar con mucha información y agregarle una buena cantidad de disciplina. Las brillantes ideas creativas de un pintor, un escritor o un científico, llevan consigo una historia de dedicación y disciplina en la que se ha acumulado el estado del arte del tema, solo entonces se puede pensar en algo inédito, en una verdadera novedad, en una solución originalidad producto de un pensamiento integral y creativo.
Ya Vasconcelos destacaba la importancia de la integralidad y la armonía en el desarrollo de las distintas facultades de niños y jóvenes.
Para Vasconcelos es necesario el desarrollo de capacidades básicas a través de ejercicios de retención por la memoria, ya sea con trozos literarios o poéticos. Los juegos de números y de abstracción son igualmente importantes, además del fomento de actividades culturales que alimenten el espíritu, lo que pudiéramos llamar facultad creativa y descubridora.
Es verdad que la mera acumulación de información no basta para desarrollar el espíritu creativo, pero es necesaria. Crear algo nuevo es imposible sin contar con datos actualizados. Y es que el proceso creativo implica necesariamente un amplio conocimiento del área en que se está trabajando, así sea para romper radicalmente con las tradiciones. Solo es posible inventar algo a partir de lo que se conoce. Tanto en la ciencia como en el arte la innovación parte del conocimiento de lo que se va a transformar. En el caso artístico se deben abandonar los estereotipos para dar lugar a obras con un significado propio, pero manteniendo la relación fundamental con el campo de trabajo. En la ciencia es necesario reinterpretar la realidad, pero manteniendo la coherencia con los hechos y con las relaciones observadas. La originalidad tiene su base en lo ya hecho porque implica necesariamente algo distinto.
Otro componente fundamental en el desarrollo de la creatividad es el afectivo. La actitud de los alumnos hacia la escuela y hacia el aprendizaje es otro de los elementos que más ha sido muy estudiado. Cuando un niño fracasa en sus primeras experiencias escolares, sus expectativas se ven seriamente dañadas, el alumno interpreta su fracaso como ausencia real de capacidad; y, por otra parte, un alumno que con una pobre autoestima anticipa el fracaso a su actividad escolar. El éxito o el fracaso tienen una alta correlación con la autoestima, ambas se fortalecen o debilitan simultáneamente. La autoestima se fortalece o debilita en la familia, en la escuela y con los grupos de amigos más cercanos, pero también influyen los medios de comunicación.
Si un niño ve su éxito como producto de la suerte o de una simplicidad excesiva, en lo futuro podrá no asignar al trabajo ningún valor. Es por esto importante que el esfuerzo de los alumnos sea recompensado adecuadamente, y que el niño por sí mismo pueda valorar que un poco de más trabajo le redituará en resultados mejores.
Es la autoestima positiva la que permite realizar proposiciones atrevidas, novedosas y tomar en serio las ideas propias. Solo con una gran autoestima es posible aceptar que nuestras ideas puedan ser buenas y se desarrollen aún a costa de dificultades invencibles para otros.
Con pandemia o sin pandemia requerimos de una educación integral, que permita el desarrollo integral de las nuevas generaciones orgullosas de su país y de su gente, pero con la formación de calidad que les permita ser exitosos en el mercado laboral y felices en la vida.