Supervisa Delfina Gómez obras del Trolebús Chalco-Santa Martha
COAHUAYANA, Mich, 12 de julio de 2017.- “Mi estancia en la cárcel puede definirse en una sola palabra: es un infierno. Nada más. Y no es la cárcel, no son las reglas las que doblan a un ser humano en prisión, es la actitud de las gentes que viven ahí y que se mantienen de eso. La gente que se mantiene del dolor ajeno, ese es el mejor lugar para ellos. Les queda muy bien el papel, porque hacen muy bien su trabajo”.
Así se expresa José Manuel Mireles Valverde, el doctor Mireles, el líder de los autodefensas de Michoacán, quien pasó los últimos tres años de su vida tras las rejas, en penales de alta seguridad de Nayarit y de Hermosillo, Sonora, quien habla del infierno, como él lo define, que pasó tras las rejas, por lo que él dice, luchar por la paz social de su pueblo.
Estamos en el cuartel de la Fuerza Rural Autodefensa o policía comunitaria, donde somos atendidos por el comandante Héctor Zepeda Navarrete, “El Teto”, quien atrás de un escritorio de madera, él sabe del motivo de nuestra visita y tiene instrucciones de platicar de los autodefensas si así lo deseamos, mientras llega el Doctor Mireles.
A las 12:15 se escucha un barullo en el ingreso al cuartel, el comandante Teto voltea su mirada hacia la entrada y exclama… “¡Ya llegó el doctor Mireles!”, y se pone de pie.
Ahí está Mireles, con su 1.90 de estatura, sin bigote, desde que se lo rasuraron en los penales de máxima seguridad donde estuvo internado; luce más delgado, 15, quizá 20 kilos menos, viste playera con rayas negras y blancas horizontales, su inseparable sombrero, huaraches tipo Michoacán, de piel cruzada, negros, al igual que el pantalón del mismo color.
Llega acompañado de lo que él llama “mis comandantas”, dos mujeres de tez blanca, unas con pantalón, botas y blusa; la otra de vestido; que quien las viera solas en la calle no se imaginaría que andan en la refriega de las autodefensas, María de la Luz Sandoval, comandante de las autodefensas de Aquila; y Angelina Contreras Ceja, comandante del municipio de Lázaro Cárdenas, de Caleta de Campos, Michoacán, van al lado de su líder, acompañándolo, custodiándolo.
El doctor Mireles, se abraza con todos los elementos que están en el cuartel se dirige a ellos por su nombre, hay risas y llega hasta donde estamos esperándolo…
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