
La Política Mexiquense
Evidentemente, el maremágnum que suelen generar las campañas políticas implica presiones, exceso de trabajo y pocas horas para dormir. Sin embargo, se supone que quienes se dedican a orquestar estrategias en todos los sentidos que una tarea de esta envergadura implica, son unos profesionales de la política.
Este comentario viene a tema porque es evidente que, en el contexto de la lucha por el gobierno del Estado de México, cuyo destino se decide el próximo 4 de junio, la batalla es sin precedente. Arrancaron de hecho los candidatos en tercios a poco más de un mes de proselitismo, poco a poco se va despejando el terreno y cambiaron los escenarios.
Las mediciones profesionales revelan que quien salió como abanderada fuerte, la panista Josefina Vázquez Mota, ha registrado una notable caída en las preferencias electorales, producto del intenso golpeteo mediático a que fue sometida aún antes de ser postulada.
Del lado del PRD, Juan Zepeda resultó un candidato serio, con buen discurso y propuestas claras y específicas para cada región del estado en la que hasta ahora se ha presentado. En teoría, arrancó con unos 5 o 6 puntos en las encuestas y ahora, de acuerdo a esas mismas mediciones, ya anda por los once puntos. Y es creíble. Pero según los conocedores del asunto, no le alcanza para ganar. Sus dividendos políticos, sin embargo, estarán en otros terrenos y metas para muy poco tiempo más adelante.
En el caso de Óscar González Yáñez, la verdad es que, al margen de temas pasados, su campaña ha sido muy bien planeada. Poca gente a su alrededor, pero profesional. Logrará su cometido partidista sin duda.
De la independiente Teresa Castell, buenas impresiones. Su discurso ciudadano y contra los partidos ha sido permanente e incisivo y le ha dado buenos puntos porque, además, lo adereza con propuestas específicas. Si modera su carácter y personalidad para evitar entrar en conflictos o generarlos, será un proyecto político interesante.
Mientras tanto, en el lado del Morena, saben que su partido y por ende su candidata Delfina Gómez, han crecido mucho. Con Andrés Manuel López Obrador a la cabeza han capitalizado el descontento social hacia muchos temas. El problema es que se sienten ya ganadores y hablan ya con soberbia, como si estuvieran sentados en la silla gubernamental. Horacio Duarte no ha cohesionado un equipo armónico. Hay fallas básicas hasta como proporcionar mal las direcciones donde se celebrarán eventos, al menos a los periodistas.
Pero lo más preocupante, es la actitud de la candidata. Parece aprendió bien el arte del cinismo, ese que despliega Andrés Manuel López Obrador. Ya no se toma la molestia de dar explicaciones a la sociedad, ya se limita a decir que son calumnias y hasta ironiza cuando señala que “solo falta que me digan que soy novia de Trump”.
Y el gran equipo que tiene en redes sociales -cuya actividad es impresionante-, pareciera avalar su conducta porque la defienden y la ensalzan. Ojo, muchísimos, miles de cibernautas no votan y vaya, ni siquiera tienen credencial de elector. No se trata de señalar o cuestionar su crecimiento en las preferencias, solo se trata de ser realistas y que sean más humildes.
En el lado del PRI se han generado varios grupos. Por lo menos cuatro. Cierto que todos parecen jalar hacia el mismo objetivo, pero en la operación política, estructural y electoral, no pocas veces chocan. Se observa un ambiente de preocupación que, desde su presencia en los eventos, proyectan personajes clave como el propio Ernesto Nemer.
Lo más delicado para ellos es que el discurso del candidato Alfredo del Mazo Maza, no ha logrado permear del todo, simple y sencillamente porque en el equipo de campaña no tienen estrategia específica para ello. Tienen a la cabeza a la ex operadora de Felipe Calderón, Alejandra de la Sota, que parece ser el “gurú” en su estrategia de imagen.
Pero al igual que el equipo estratégico de Morena, parece que se obnubilan. Tienen una manera muy peculiar de sufrir su campaña. Un solo medio no es la solución a su necesidad y aunque todos atienen la parte informativa, la realidad es que no hay una ruta, una planificación, vaya, ni siquiera un plan de medios específico.
Ambos equipos van a ser el centro de la atención en las semanas que restan de campaña. Ambos están a tiempo de corregir, porque la final puede ser de fotografía. Ojalá por el bien del Estado de México, todo siga en calma y que sus golpeteos mediáticos sean menores, que privilegien las propuestas y expliquen cómo las piensan aterrizar.
Porque prometer no empobrece, pero la sociedad ya es más pensante.