Operativos en Quintana Roo dejan 11 detenidos y decomisos
TEMASCALCINGO, Edoméx., 27 de noviembre del 2016.- Durante cinco meses, la Mariposa Monarca encuentra su hogar en los bosques del Estado de México y Michoacán.
Su hogar no es pequeño: 56 mil 259 hectáreas que están protegidas desde el 2000, cuando se declaró Área Natural Protegida con carácter de Reserva de la Biosfera a la zona de arribo de este insecto.
Abarca los municipios de Temascalcingo, San José del Rincón, Donato Guerra y Villa de Allende en el Estado de México; Contepec, Senguio, Angangueo, Ocampo, Zitácuaro y Áporo en Michoacán, donde se han identificado 22 sitios de hibernación.
Este insecto encuentra refugio en los bosques templados por arriba de los 3 mil metros sobre el nivel del mar.
Los árboles de oyamel le defienden contra el granizo y las tormentas. Las nubes y neblina le proporcionan humedad.
La Mariposa Monarca busca tranquilidad y resguardo durante su época de hibernación
Un sitio más, a 100 kilómetros de distancia, se ubica en Atlautla, Estado de México, pero debido a la distancia y a que solo arriba una colonia pequeña, no se encuentra dentro de la Reserva de la Biósfera de la Mariposa Monarca (RBMM).
Para ayudar a la conservación de su hábitat, este año la Comisión Nacional Forestal asignó 4.2 millones de pesos a beneficiarios de los cuatro municipios del Estado de México que pertenecen a la RBMM.
En total, existen 14 conceptos de apoyo, como son Restauración Focalizada, Cultivo Forestal y Manejo del Hábitat, Caminos Forestales y Promotor Forestal Comunitario, entre otros.
Como parte de las labores, durante este año se han reforestado 20 hectáreas en la zona.
A inicios de noviembre, llena de color los bosques del Estado de México y Michoacán. Millones de alas naranjas se pueden ver en el cielo.
Se agrupa en colonias que permanecen estables hasta febrero, luego, con el incremento de temperatura comienza su etapa de apareamiento.
En marzo, coincidente con el equinoccio de primavera, emprende su regreso hacia Estados Unidos y Canadá. Las mariposas que salen de México morirán en el camino. Serán sus tataranietas quienes regresen el próximo año.