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Toluca, Edomex, 4 de mayo de 2021.- Su oficio, es su mayor orgullo, si volviera a nacer, volvería a elegir elaborar y reparar guitarras e instrumentos musicales, aseguró José Luis Hernández Araujo, laudero originario de Paracho, Michoacán. Además de las satisfacciones que le ha dado, ha sido el sustento para su familia por cerca de 40 años.
En la adolescencia aprendió sobre la elaboración de guitarras y otros instrumentos pues es una labor común y representativa de su pueblo natal; fue su padre quien, dijo, le dio dicha virtud. Lamentablemente, en Paracho no veía un buen futuro por lo que decidió salir y buscar otras opciones, ese camino lo trajo a Toluca, donde ya tiene 27 años viviendo.
“Aquí en Toluca salimos adelante, Toluca ha sido maravilloso para mi, pude desenvolverme en mi oficio y darle de ahí carrera a mis tres hijos, yo brindo por Toluca”, dijo el maestro, como le dicen conocidos y amigos.
El tallado de la madera, el ensamble y cada detalle son fundamentales para hacer piezas únicas y de calidad, que algunos consideran obra de arte, “tocar una guitarra lo pueden hacer muchos, hacerlas, somos pocos”, expresó. En Toluca, son sólo cerca de seis los lauderos existentes, señaló.
Guitarras, bajo sexto, requinto, bandolinas, son solo algunos de los instrumentos que trabaja, en cada uno, asegura, pone su mejor empeño, “a mi me gusta hacer lo mejor posible mi trabajo, superarme en lo más detallado, es un proceso minuciosos para estas chuladas de artesanías”, expresó. Además, con su servicio de reparación abona a darles mayor vida.
De acuerdo a la calidad de la madera y el tipo de instrumento, le lleva entre 15 días y hasta 2 meses el elaborar una pieza, cuyos costos también son variables desde mil 500 a 4 mil pesos.
Pese a que afortunadamente no le falta algún trabajito, que le permite llevar alimento a casa, aún en el tiempo de confinamiento que fue muy complicado, considera que los artesanos no son apoyados y reconocidos; y aunque ha realizado gestiones para obtener créditos y crecer su producción, han sido tardíos y engorrosos por lo que no los ha concretado.
“Prefiere uno quedarse en el taller y sacar el día… ahorita vienen campañas y si se acercan y en lo duro de la pandemia quién nos volteó a ver”, reprochó, para enfatizar que si los artesanos fueran apoyados, podrían hacer y lograr más cosas.
Sin embargo, dijo, queda a la comunidad apoyarse unos a otros, por lo que se puso a las órdenes de quienes deseen un instrumento o necesiten una reparación, en su pequeño taller ubicado en la calle Independencia, en la delegación de Capultitlán.