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TOLUCA, Edomex, 15 de diciembre de 2013.- Tomar buenas decisiones evitará caer en riesgos propios de la adolescencia, pero para ello, el trabajo de los padres de familia y docentes es fundamental, afirmó Ana Karen Vargas Esquivel.
La capacitadora de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México, señaló que en la sociedad actual existe diversidad de riesgos a los que se enfrentan los adolescentes, tales como drogadicción, alcoholismo, tabaquismo, pandillerismo, trastornos alimenticios, depresión, entre otros.
Además, dijo, existe un sinnúmero de situaciones a las que se pueden enfrentar en redes sociales, así como maternidad y paternidad en la adolescencia, las cuales son limitantes a la libertad y por ello deben ser prevenidas.
Vargas Esquivel explicó que todo dependerá de las decisiones que tome este grupo social, toda vez que existen al menos cuatro de suma importancia que debe tomar en cuenta el o la joven, las cuales podrán hacer la diferencia en su desarrollo, como estudiar, elegir correctamente a sus amistades, evitar las adicciones y relaciones sexuales a temprana edad.
Afirmó que es en este punto donde entra el papel de los padres de familia y docentes, como agentes de cambio, ya que ellos pueden educar en valores como forma para lograr una vida de calidad, por lo que la CODHEM trabaja con ellos para brindarles información a fin de que orienten correctamente a la juventud.
La funcionaria de la Defensoría de Habitantes explicó que con buenos cimientos, los jóvenes pueden apreciar en los adultos un ejemplo a seguir, un modelo de vida, lo cual podrá reducir los tropiezos y aumentar los aciertos.
Por último, recalcó que el trabajo de los docentes es fundamental para que los jóvenes tengan un panorama muy amplio de los diversos escenarios a los que se pueden enfrentar derivado de la toma de malas decisiones.
Cabe señalar que de acuerdo con la Ley para la Protección de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de México, son considerados adolescentes todas las personas cuya edad esté comprendida entre los 12 y los 18 años.