Cumbre Quadratín 2024: cónclave crucial para el periodismo en México
MÉXICO, D.F., 26 de diciembre de 2013.- La diputada priista Dulce María Muñiz Martínez propuso exhortar a la Secretaría de Educación Pública (SEP) a diseñar y aplicar más y mejores acciones encaminadas a generar y reforzar la educación sexual a menores, en todos los niveles educativos.
De acuerdo con información de Notimex, la también secretaria de la Comisión de Educación Pública y Servicios Educativos en la Cámara de Diputados aseguró que dos de cada 10 adolescentes, de 12 a 19 años, tienen vida sexual y el inicio de ésta, sin responsabilidad ni la madurez necesaria, puede repercutir en un embarazo no deseado o la transmisión de alguna enfermedad.
Agregó que un embarazo no deseado o una enfermedad venérea se dan porque el adolescente no tuvo los cuidados ni los conocimientos necesarios para ejercer su sexualidad de forma segura, plena y responsable.
Según datos del Sistema de Indicadores de Genero del Instituto Nacional de las Mujeres, sólo 38.2 por ciento de las mujeres utilizan algún método anticonceptivo en su primera relación sexual, lo cual repercute de forma directa en los embarazos a una edad temprana, dijo.
La legisladora por Hidalgo del Partido Revolucionario Institucional (PRI) dio a conocer que de las adolescentes embarazadas, 80.8 por ciento ya lo había estado una vez; 16.8 por ciento, dos veces, y 2.3 por ciento, en tres ocasiones.
Subrayó que al menos 12.2 por ciento de los embarazos en adolescentes terminaron en aborto, en función de que es prematuro a consecuencia de su desarrollo biológico, fisiológico, psicológico y social.
Muñiz Martínez recalcó que el riesgo de tener algún problema o complicación en el embarazo, parto o puerperio es mayor para las adolescentes, sin dejar de lado las condiciones de nutrición y salud previa y el tipo de atención prenatal que reciben que son factores de riesgo para todas.
Externó que las enfermedades de transmisión sexual o venéreas van en aumento, debido a que en las últimas décadas las personas jóvenes tienen actividad sexual más tempranamente y se casan más tardíamente.
Por tanto, apuntó, las personas sexualmente activas tienen más probabilidad de tener muchas parejas sexuales y mayor riesgo de desarrollar esas enfermedades, a causa de la falta de información y la mala educación sexual que el adolescente ha recibido o, en su caso, no recibe a tiempo.
Muñiz Martínez consideró que el adolescente debe tomar las medidas adecuadas y tener la responsabilidad en sus relaciones sexuales con el uso de métodos anticonceptivos, por lo que, insistió, es indispensable reforzar las políticas y programas que beneficien la educación sexual.
En este contexto, propuso exhortar a la SEP a diseñar y aplicar más y mejores programas y acciones encaminadas a generar y fortalecer una educación sexual a niñas, niños y adolescentes, en todos los niveles educativos.